TPN°3: SOCIEDAD RED
“La sociedad red es la
estructura social de nuestro tiempo. No es una sociedad del futuro compuesta
por internautas solitarios y robots telecomunicados. Tampoco es la tierra
prometida de las nuevas tecnologías que resuelven los problemas del mundo con
su magia. Es, simplemente, la sociedad en la que hemos ido entrando desde hace
algún tiempo, en un proceso de transición a partir de la sociedad industrial en
la que vivimos durante más de un siglo.”
La estructura social se
crea a través de tres tipos de relaciones:
· Relaciones de producción, muy ligadas
a la interacción del hombre con la naturaleza y cómo aquel transforma a esta
para la creación de bienes y servicios que satisfagan sus necesidades,
· Relaciones de experiencia, núcleo
fundamental de las relaciones humanas y que se han estructurado históricamente
alrededor del sexo y la familia,
· Relaciones de poder, entendido este
como la habilidad de ejercer la violencia para garantizar el cumplimiento de
las reglas sociales dominantes.
En la Sociedad Red la
realidad está construida por redes de información que procesan, almacenan y
transmiten información sin restricciones de distancia, tiempo ni volumen. Esta
nueva forma de entender el funcionamiento de la sociedad se basa en el fenómeno
de la globalización, el cual se ha ido desarrollando gracias a la internet.
Características de la
Sociedad Red
La nueva sociedad, la
sociedad red, nace de una revolución tecnológica basada en la información y el
conocimiento y genera una nueva economía cuyas tres características
fundamentales son:
· La nueva economía es informacional, de
forma que la generación y transformación de la información son determinantes en
la productividad del sistema,
· La nueva economía es global, es decir,
opera a nivel planetario,
· La nueva economía está en red, dando
lugar a la empresa-red, organización económica de nuevo cuño con alta
flexibilidad y operatividad, de configuración variable y que funciona como una
red: plana en jerarquías y donde lo importante es la interconexión de los
distintos nodos.
Estas características de
la nueva economía cambian radicamente la forma en que se dan las relaciones de
producción, experiencia y poder, redefiniendo el mercado de trabajo y el
empleo, la cultura, la Política, el Estado, el consumo, etc.
¿QUÉ ES UNA RED?
Cuando se avanza en la
caracterización de este nuevo paradigma la palabra red aparece de manera permanente.
Se habla de una sociedad
red, de una red comunicacional, de redes de identidad, de redes criminales, de redes genéticas, de redes solidarias, de la Era de las Redes.
Pero, ¿qué es una red?
Una red es un conjunto de nodos interconectados, y un nodo es un punto en que una curva
se intercepta a sí misma. Y aquello que circula entre los nodos a través de la red se lo
llama flujo.
Así una red financiera
internacional es un circuito formado por nodos, cada bolsa de valores, cada banco, por el que
circulan los flujos globales de dinero.
Del mismo modo dentro de
una red de tráfico de drogas un nodo es un campo de coca o un laboratorio clandestino,
o una pista de aterrizaje secreta, e incluso una entidad bancaria de blanqueo; cruzándose en
este caso la red financiera con la red criminal.
Para caracterizar la red
podemos recorrer una serie de pautas particulares:
1. La distancia entre
dos puntos es más corta si los dos puntos constituyen nodos de una misma red que si no
pertenecen (por ejemplo, Buenos Aires, como nodo de la red de ciudades globales
mantiene una relación más íntima y profunda con Nueva York o San Pablo que con Santa Rosa
o Viedma).
2. La distancia en una
red no se calcula como en un sistema espacial. La distancia física o social o económica o
política dentro de la red es cero entre los nodos y es infinita para
cualquier punto externo
a la red.
3. Las redes son
estructuras abiertas, que se pueden expandir sin límites incorporando nuevos nodos con la
única salvedad de que compartan un mismo código omunicacional en el flujo. La red es
todo borde, abierta, sin importar por donde se entra a ella.
4. La red es la menos
estructurada de las organizaciones: permite que una pluralidad de componentes divergentes
guarden coherencia entre sí en tanto comparta el mismo flujo.
Por ello las redes son
ideales para un sistema capitalista sujeto a la innovación permanente, a la globalización de
mercados y a la concentración de capitales, también lo son para los trabajadores y empresas
que se basan en la flexibilidad; para una política sujeta al cambio constante en valores y
principios, y para una organización social que pretende aniquilar el tiempo y superar el
espacio.
Un dato sustancial de la
lógica de las redes es que modifica la lógica del poder, ya que son los conmutadores los que
tienen el poder, aquellos que tienen la capacidad de conectar o desconectar los nodos
permitiendo o cancelando los flujos que circulan por ellas, por esto es que cambian las
estructuras de poder conocidas organizadas verticalmente.´
Comprender la lógica de
funcionamiento de las redes nos permitirá acceder con mayor claridad al
entendimiento del funcionamiento de la realidad encuadrada en el nuevo paradigma, al que Manuel
Castels ha llamado la Era de las Redes.
Mirá los siguientes videos:
Lee el siguiente Artículo publicado en la revista "La Vanguardia en 2019)
"LA NUEVA SOCIEDAD RED"
por Manuel Castels
La sociedad red es la estructura social de nuestro tiempo,
la trama de nuestras vidas, como lo fue antaño la sociedad industrial. Se fue
formando en las dos últimas décadas del siglo XX, y se ha ido desplegando en el
conjunto de la actividad humana hasta transformar todo lo que hacemos, vivimos
y sentimos. No es que la tecnología nos determine. Ha sido la interacción entre
cambios culturales, sociales, geopolíticos con una de las mayores revoluciones
tecnológicas de la historia, la que transforma información y comunicación. El
resultado ha sido que vivimos de forma cotidiana en una red de redes, locales y
globales, en todas las dimensiones de nuestra vida.
Recordemos que en 1996 había 40
millones de usuarios de internet, hoy hay 4.200 millones. Y que en 1991 los
números de teléfono móvil eran 16 millones. Hoy son más de 7.000 millones. Las
redes sociales, que hoy ocupan el centro mediático, cultural y político de
nuestras sociedades (4.000 millones de usuarios), se iniciaron hace menos de
dos décadas (Friendster 2002, Facebook 2004).
LAS REDES SOCIALES NO SON EL ÁMBITO DE LA LIBERTAD, SINO EL
ESPACIO DE LUCHA POR LA LIBERTAD
Pero lo más
significativo es que las redes digitales, que van más allá de internet porque
los mercados financieros o las comunicaciones militares tienen otras redes
especializadas, están entrando ahora en un proceso de aceleración tecnológica y
sofisticación de su uso. La conectividad se transforma a partir de las redes 5G
(y 6G ya en preparación), que incrementan exponencialmente la velocidad,
volumen y latencia (tiempo de respuesta) de la conexión. Y la eclosión de la
inteligencia artificial en la gestión de las máquinas parece ahora una
realidad. Porque son las máquinas capaces de aprender y decidir, más que los
humanos, las que necesitan el nuevo potencial de conectividad. Cada uno de
nuestros ámbitos de actividad está siendo modificado por esta transformación
tecnológica, social y organizativa.
La empresa red, cuyo nacimiento
identifiqué en los noventa en Silicon Valley, se ha convertido en la
organización económica más eficiente y competitiva, que elimina gradualmente
formas tradicionales, jerárquicas e inadaptadas a mercados globales cambiantes.
Las consecuencias sociales y ambientales no están predeterminadas por la
tecnología. Todo depende de cómo se haga la gestión de la inevitable transición
tecnológica. Se suprimen viejos empleos, pero surgen extraordinarios mercados
laborales de nuevas posibilidades a condición de que nuestras instituciones
educativas adapten su oferta a la nueva demanda.
En Estados Unidos, en medio de
la transformación tecnológica el paro está por debajo del 4%, aunque muchos empleos
son precarios. Pero eso es fruto de políticas neoliberales, porque en
Escandinavia, al mismo nivel tecnológico, el paro es muy limitado y las
condiciones laborales y derechos sindicales son mejores que en la Europa del
sur.
La tecnología de redes tampoco
nos acerca a la paz. Nuestra más antigua Némesis, la guerra, multiplica su
potencial destructivo, con enjambres de drones capaces de decidir sus
itinerarios y objetivos, y descargar sus letales misiles. Como Estados Unidos
lleva la delantera, otras potencias se adentran en la guerra de las máquinas. Y
quienes no son potencias exploran alternativas de confrontación asimétrica con
el terrorismo en el horizonte. La prevención de esa amenaza lleva a la
vigilancia sistémica de todos los humanos. Y mientras, la autodestrucción de
nuestra habitabilidad en el planeta avanza. Habrá que investigarlo, pero ¿es
casualidad que los devastadores incendios de Australia, donde han muerto mil
millones de animales, se produzcan en la región en que la capa de ozono se ha hecho
más tenue?
Nuestra ciencia nos dice por
qué y cómo vamos a morir, pero a la mayoría de los gobiernos les da igual, unos
prefieren no creérselo (como Trump o Bolsonaro) y otros esperan que sean los
demás quienes asuman los costes de la transición ecológica (como es el caso de
India y en menor grado China). Por eso la gestión de la inevitable transición
tecnológica y el uso de la ciencia para preservar la vida son esenciales. Y por
eso la política es más importante que nunca, a condición de superar las diatribas
ideológicas y los intereses partidistas. O sea, que se trate de una nueva
política.
Sin embargo, según investigué
hace algún tiempo, la capacidad de comunicación de redes digitales autónomas
también se incrementa simultáneamente. Movimientos sociales en red, autonomía
de crítica, descentralización de la comunicación superando el monopolio de los
medios tradicionales se constituyeron en embriones de una nueva democracia en
red.
Así ha sido en un principio,
pero los poderes fácticos de todo tipo han sabido reaccionar, con inmensos
recursos, han penetrado las redes, con desinformación, con manipulación y han
conseguido grandes victorias, como la elección de Bolsonaro o los sesgos
pro-Trump en las elecciones estadounidenses. O sea, que las redes sociales no
son el ámbito de la libertad, sino el espacio de lucha por la libertad.
La nueva sociedad red es la que
ya se ha desplegado por completo en todo lo que hacemos, somos y sentimos. Nos
guste o no. Y el único antídoto contra sus efectos perversos es la afirmación
de valores humanos y de solidaridad con otras especies y el planeta, a partir
de una formación informada, y mediante una movilización cotidiana contra la
ignorancia y la maldad institucionalizadas.
6) ¿Cómo son las estructuras de las redes?
7) ¿Por qué las redes son ideales para un sistema capitalista?
8) ¿Quiénes son los que tienen poder en las redes?
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